Tal vez no lleguen a su destino,
se pierdan en el espacio para siempre o se acojan,
antes que a la vida, a la muerte.
Quizás tus ojos, no alcancen a verlas
ni tus oídos las reconozcan como mías
porque tu voz no llegue a susurrarlas.
Si alguna de ellas te toca, no la dejes desnuda y vacía
guarécela en tu alma.
Después de un angosto y sombrío camino,
merece morir de tus labios pronunciada.
Tal vez expiren en este momento
tras haber salido de mi boca
y nadie sepa a quien las dediqué nunca.
María Terra
2 comentarios:
Yo creo que si estas bellas palabras van dedicadas alguien debe saberlo, lo sabra.
Me gusta el último verso. Cuantas veces habré yo escrito una frase parecida a esa...
Besos.
PEPE.
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